Tubo de ensayo

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René Delios

Los conflictos o movimientos populares o sociales no están exentos de manipulación por las parte antagónicas, y todo tipo de versiones, a veces inverosímiles, han sido usadas en torno a diversos temas, y el recurrente ahora es nuevamente el movimiento magisterial disidente por asuntos laborales, que reclama mesa de diálogo con el gobierno federal, e incluso no le fue difícil ingresar a un evento en dónde estaba el gobernador Rutilio Escandón, quien ofreció todo su apoyo para buscar vías que permitan la mesa de negociación.

El punto es que piden una mesa para que se les autorice todo, al cien, y ese magisterio ¿Qué ofrece a cambio? porque las negociaciones a sí son: ceder y ganar, y viceversa, a beneficio de ambas partes.

¿O no?

Al inicio de la lucha magisterial en contra de la reforma educativa, uno de los puntos manipulados fue que se buscaba que la educación iba a dejar de ser gratuita cuando, tal concepto no se incluyó nunca en la reforma de marras, pues de ser así, ya no tendría sentido la existencia la SEP en México, que aparte es consecuencia del movimiento revolucionario de 1910, pues los resultados de esa transformación a medias, no solo se circunscribieron a la lucha por la tierra, sino que comprendió derechos laborales y desde luego, la educación laica y gratuita.

Muy pocos saben que en América Latina son pocos los países que como México, tienen dos instituciones de cobertura social como la SEP o la SSA, y para nada se asemejan a la cobertura universal que tiene nuestro país en ese sentido.

No, como la SEP y la SSA no hay nada semejante en el continente latino.

Otro de los puntos “acusados” como intensión oscura del gobierno, fue la suspensión de los libros de texto gratuito, por lo que el secretario de educación de entonces, Aurelio Nuño, reviró que los libros de texto son y serán gratuitos como se estableció desde 1960 en el país.

Y fue cierto: sobre el particular ni se menciona eso en el texto de la reforma educativa, ni está comprendido tampoco en su legislatura secundaria.

Aún con mucho que desear -por moralinas conservadoras, sobre todo- esos libros son pensados, diseñados y publicados por especialistas, quienes integrarán siete equipos autorales, e incluso del Colegio de México, refrendando la política al respecto iniciada desde 1960 con Jaime Torres Bodet y el presidente Adolfo López Mateos.

Versiones arbitrarias se dan a diario, por todo tipo de líderes y movimientos con el afán de justificar “la lucha”.

Estas “denuncias” de malas intenciones por parte del gobierno, se difunden por redes sociales, que confunden a las bases y es lo que aprovechan los malos dirigentes.

El punto es que nunca se retiró la edición de los libros de texto, cuyo formato y contenidos fueron rediseñados en el pasado sexenio, y volvió a pasar lo mismo en el presente, cuando los criterios para enseñar en la educación básica deben cambiar radicalmente de acuerdo a la realidad social, no solo en México, sino en el mundo, sobre todo porque un infante de siete años sin problemas accede a todo tipo de páginas web en Internet, y sabe usar más los dispositivos y computadoras que sus maestros, cosa que fue evidente en las clases virtuales debido a la pandemia, de las que derivaron tantos videos en dónde los alumnos desde su hogar, le resuelven al o la docente, como manipular el equipo.

Clarito.

La educación preescolar y básica en México seguirá siendo gratuita.

Otra cosa son las diferencias por el problema laboral que incómoda al magisterio o a sus líderes; que en los planteles los maestros permitan -aún- que las asociaciones de padres de familia sigan cobrando esas cuotas voluntarias que son completamente ilegales; que se autorice la apertura de escuelas particulares en todos los subsistemas: eso no es privatizar la educación, por lo que ese planteamiento como muchos otros cayó como motivo de lucha, y la verdad resueltas sus demandas se quedan sin banderas, lo cual es bueno, para que se concentren en su chamba.

Por eso esta por verse.

Digo, porque si son radicales ante la negativa o lentitud del gobierno a sus peticiones, no tendrían problemas para hacer valer ante la asociación de padres familia que sea, eso de escuela gratuita en sus planteles mismos.

Pero necesitan de ese dinero para muchas cosas, buenas las más, pero turbias las pocas -pues lo usan a modo-, incluyendo no considerar que hay muchos casos en los que una familia no tiene para pagar la cuota obligatoria, y de eso hay también un amplio banco de imágenes en las redes del cómo son humillados los infantes por el maestro mismo, por el retardo los padres en cubrir el requisito.

Y ahí están los testimonios, que son muchos, y que elevando el discurso -por ejemplo- aparece el dato de la Unesco -no del gobierno federal- de cómo está de baja la calidad de la educación básica en el país.

Bueno fuera que llegaran al acuerdo de que el gobierno cumpla las peticiones laborales y el magisterio su responsabilidad profesional, que no es otra que brindar con calidad la enseñanza en este país, que debería ser la mejor de América Latina.

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