Por Gustavo Argueta / InterfaxPrensa
Una serie de protestas en contra del intento de “golpe de Estado” por el presidente de Guatemala se registraron la noche del lunes a la sede de gobierno.
Los inconformes exigieron la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras, entre otros actores gubernamentales, a quienes consideran responsables del intento de “golpe de Estado” denunciado por el presidente electo Bernardo Arévalo.
El domingo, el Tribunal Electoral de Guatemala bloqueó temporalmente la suspensión del Movimiento Semilla, partido de Arévalo, hasta el fin del periodo electoral, el 31 de octubre.
La noche de este lunes, varios manifestantes enfrentaron a la seguridad pública frente a la antigua sede de Gobierno y con armas contundentes destruyeron un edificio recién construido por la municipalidad central como un ícono de la monarquía que instituyó el mal obrado ex Alcalde central, Álvaro Arzú.
Las protestas se arreciaron al caer la noche por inconformes que exigen la renuncia de la fiscal general, Consuelo Porras por un intento de fraguar un golpe de Estado por impedir la asunción del recién electo presidente, Bernardo Arévalo.
Los manifestantes destruyeron un edificio municipal en la plaza central de Guatemala, además de prenderle fuego.
La seguridad pública lanzó bombas lacrimojenas en contra de la multitud que fue repelida por los gases en medio de una batalla capal en el centro de la capital guatemalteca.
Mientras que la indignación detonó la noche del lunes, tras la confiscación de actas electorales por parte de la fiscalía que investiga supuestas anomalías en las pasadas elecciones.
Bernardo Arévalo, de 64 años, ha denunciado que las acciones de Porras son parte de un «golpe de Estado en curso» para evitar que asuma la presidencia el próximo 14 de enero.
El cardenal guatemalteco, monseñor Álvaro Ramazzini, indicó en una protesta frente a la sede del Ministerio Público en la capital que un «golpe de estado» sería «desastroso y nefasto bajo todo punto de vista».
